VIERNES DE LA SEMANA III DE PASCUA / CICLO C

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VIERNES DE LA SEMANA III DE PASCUA / CICLO C

Evangelio según San Juan 6,51-58 - El Diario

El amor hace maravillas, y el amor poderoso de Dios hace maravillas divinas. Sigamos amando y acogiendo a Jesús en nuestro corazón.

 

Evangelio del día

 

Juan 6, 52-59

 

En aquel tiempo, disputaban los judíos entre sí:
«¿Cómo puede este darnos a comer su carne?».

Entonces Jesús les dijo:
«En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.

Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.

El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él.

Como el Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre, así, del mismo modo, el que me come vivirá por mí.

Este es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre».

Esto lo dijo Jesús en la sinagoga, cuando enseñaba en Cafarnaún.

 

Evangelio de hoy en vídeo

 

Reflexión

Se puso a predicar en las sinagogas afirmando que Jesús es el Hijo de Dios

“En aquellos días, Saulo seguía echando amenazas de muerte contra los discípulos del Señor”. En esta línea, pidió a las autoridades judías que le autorizasen “a traerse presos a Jerusalén a todos los que seguían el nuevo camino, hombres y mujeres”. Pero el Señor salió a su encuentro: “Saulo, Saulo ¿por qué me persigues? Levántate, entra en la ciudad y allí te dirán lo que tienes que hacer”. Allí se encontró con el buen discípulo Ananías que le impuso las manos para que recobrase la vista. “Hermano Saulo, el Señor Jesús que se te apareció cuando venías por el camino, me ha enviado para que recobres la vista y te llenes de Espíritu Santo. Y en Damasco “se puso a predicar en las sinagogas afirmando que Jesús es el Hijo de Dios”.

Habita en mí y yo en él

Los judíos estaban perplejos y escandalizados por las afirmaciones de Jesús: “¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?”. Y Jesús, no se echa atrás y aprovecha la ocasión para revelarnos las cualidades y propiedades de su cuerpo y de su sangre. El que come su cuerpo y bebe su sangre “tiene vida eterna y yo lo resucitaré en el último día…y “habita en mí y yo en él”… “El que me come vivirá por mí… y vivirá para siempre”. Como vemos, el amor hace maravillas, y el amor poderoso de Dios hace maravillas divinas. Sigamos amando y acogiendo a Jesús en nuestro corazón.

Fray Manuel Santos Sánchez O.P. – Convento de Santo Domingo (Oviedo)

Parroquia Sagrados Corazones
parroquia.sscc.madrid@gmail.com
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