REFLEXIÓN – ACTUALIDAD

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La muerte no es el fin

 

 

El odio no puede expulsar al odio

 

¨La oscuridad no puede expulsar a la oscuridad: solo la luz puede hacer eso. El odio no puede expulsar al odio: solo el amor puede hacer eso¨ Martin Luther King Jr.

El líder del movimiento por los derechos civiles y políticos, encarnaba los principios de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Se entregó a la causa de la igualdad, de los derechos humanos de la población negra de los Estados Unidos, de las personas más vulnerables y de todas las víctimas de las injusticias. Fue tanta su lucha que en 1964, con tan solo 35 años, recibió el Premio Nobel de la Paz.

En este tiempo convulso en el que vivimos, resuena el eco del legado de MLK. Un tiempo en el que en muchas ocasiones percibimos sentimientos de abatimiento, desesperanza, con momentos en los que la incredulidad nos protege de una realidad que nos duele por tantos hermanos y hermanas sufrientes. Y mientras a mi alrededor todo se prepara para el modo alerta, en mí resuena estas últimas semanas la frase de Martin Luther King pues refleja la invitación a seguir el ejemplo de Jesús, quien enseñó que el amor es la fuerza transformadora más poderosa. El odio, que surge del miedo, la ignorancia o la injusticia, solo perpetúa más sufrimiento y división. En cambio, el amor, que es una expresión de la compasión y la misericordia de Dios, tiene el poder de sanar y restaurar.

El amor, en la visión cristiana, no es un sentimiento superficial ni una simple emoción. Es un compromiso activo con la justicia, la dignidad humana y la creación de un mundo más equitativo. Desde esta óptica, el amor implica una acción transformadora, un rechazo claro de las estructuras de opresión y una invitación constante al perdón y a la reconciliación. En este mundo que frecuentemente se ve marcado por la violencia y la polarización, el amor cristiano no es una pasividad ante el mal, sino una fuerza activa que se opone a la injusticia de manera pacífica pero firme.

Practicar este amor radical es nuestra respuesta al odio, como un testimonio vivo del evangelio de Cristo. Solo así, como nos enseña Martin Luther King Jr., podemos superar las divisiones que nos separan y construir un mundo más humano y fraterno.

Clara Sayans

Parroquia Sagrados Corazones
parroquia.sscc.madrid@gmail.com
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