DOMINGO DE LA SEMANA IV DE ADVIENTO / CICLO C

Vidrieras

DOMINGO DE LA SEMANA IV DE ADVIENTO / CICLO C

 

Lectura del santo evangelio según san San Lucas 1,39-45 - Arquidiócesis de  Cali

 

En tiempo de Adviento los cristianos estamos llamados a vivir la alegría y la acción de gracias ante un Dios que, en el misterio de la Encarnación, hace realidad el cumplimiento de sus promesas. Cada uno de nosotros está invitado a vivir en estado de buena esperanza y a dar a luz a Jesucristo, haciéndole presente en nuestro mundo de hoy con nuestra forma de ser y de actuar.

 

Evangelio de hoy y lecturas

 

Primera lectura

Lectura del Profeta Miqueas 5, 1-4a

 

Esto dice el Señor:

«Y tú, Belén Efratá,
pequeña entre los clanes de Judá,
de ti voy a sacar
al que ha de gobernar Israel;
sus orígenes son de antaño,
de tiempos inmemorables.

Por eso, los entregará
hasta que dé a luz la que debe dar a luz,
el resto de sus hermanos volverá
junto con los hijos de Israel.

Se mantendrá firme,
pastoreará con la fuerza del Señor,
con el dominio del nombre del Señor, su Dios;
se instalarán, ya que el Señor
se hará grande hasta el confín de la tierra.
Él mismo será la paz».

 

Salmo

Salmo 79, 2ac y 3b. 15-16. 18-19 R/. Oh Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve.

 

Pastor de Israel, escucha,
tú que te sientas sobre querubines, resplandece;
despierta tu poder y ven a salvarnos. R/.

Dios del universo, vuélvete:
mira desde el cielo, fíjate,
ven a visitar tu viña.
Cuida la cepa que tu diestra plantó,
y al hombre que tú has fortalecido. R/.

Que tu mano proteja a tu escogido,
al hombre que tú fortaleciste.
No nos alejaremos de ti:
danos vida, para que invoquemos tu nombre. R/.

 

Segunda lectura

Lectura de la carta a los Hebreos 10, 5-10

 

Hermanos:

Al entrar Cristo en el mundo dice: «Tú no quisiste sacrificios ni ofrendas, pero me formaste un cuerpo; no aceptaste holocaustos ni víctimas expiatorias.

Entonces yo dije: He aquí que vengo —pues así está escrito en el comienzo del libro acerca de mí— para hacer, ¡oh Dios!, tu voluntad».

Primero dice: «Tú no quisiste sacrificios ni ofrendas, pero me formaste un cuerpo; no aceptaste holocaustos ni víctimas expiatorias», que se ofrecen según la ley. Después añade: «He aquí que vengo para hacer tu voluntad».

Niega lo primero, para afirmar lo segundo. Y conforme a esa voluntad todos quedamos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha una vez para siempre.

 

Evangelio del día

Lectura del santo Evangelio según San Lucas 1, 39-45

 

En aquellos mismos días, María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a un a ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.

Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del
Espíritu Santo y, levantando la voz, exclamó:
«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá».

 

Parroquia Sagrados Corazones
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