
15 mayo, 2025 REFLEXIÓN – ACTUALIDAD

La Iglesia de la unidad y de la pluralidad
Mucho se especula en estos días previos al Cónclave acerca de qué tipo de Papa vendrá y si será de la misma línea del Papa Francisco. Términos como “conservador” o “progresista” aparecen entonces en medios y entrevistas intentando leer la realidad de la Iglesia con el lente binario de discusiones políticas. Y lo cierto es que la Iglesia, como la realidad misma, no es monolítica ni de blancos o negros. Tampoco es una institución apolítica o blindada ante las tentaciones de polarización.
En cualquier caso, es importante reconocer que, aunque unidos por un mismo credo, tanto los cardenales como el resto de católicos en el mundo tenemos maneras particulares de vivir la fe, de declinarla en nuestros contextos particulares, de ponerla en práctica según nuestra evolución e historia personal, de poner énfasis en tal o cual aspecto de doctrina, de pastoral, de servicio, de moral, etc.
Además de ello, no hay que olvidar que la Iglesia desde siempre ha tenido variedad de carismas y diversidad de opiniones. Basta recordar la discusión entre Pedro y Pablo sobre si se le debía imponer la circuncisión a los nuevos cristianos no judíos. Por ello, la metáfora usada por el Papa Francisco resulta tan útil: la realidad (y por tanto la Iglesia) es poliédrica. Cada lado del poliedro es distinto y hay lados que inevitablemente están a las antípodas unos de otros. Pero, como también él decía, “la unidad es superior al conflicto”, conflicto que es preciso reconocer, afrontar y transformar en fuente de crecimiento y mayor comunión.
Si creemos en un Dios Uno y Trino que con líneas torcidas y tensiones va llevando adelante la Historia de la Salvación, no nos asustemos con la pluralidad ni dejemos de trabajar por la unidad en el Espíritu: Aquel capaz de generar y armonizar al mismo tiempo las diferencias en el Amor.
Yamid Castiblanco, sj
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