24 diciembre, 2024 REFLEXIÓN – ACTUALIDAD
Espiritual sí, religioso no
Una vez escuché decir al místico Pablo d´Ors que la religión es la copa y la espiritualidad el vino. A mi me gusta esta imagen. Porque lo espiritual -y las cosas de Dios- necesitan sí o sí encarnarse. De lo contrario, podremos acabar en el gnosticismo que reduce la realidad a ideologías o a bonitas palabras, y que queda fenomenal en Instagram o en la contraportada de un periódico, y poco más. Asimismo, olvidarnos de la copa de vino -el continente-, hace que todo se puede derramar a las primeras de cambio. Dejar fluir está muy bien, pero el líquido, por bueno que pueda ser, no se sostiene por sí solo. Necesita estructura, comunidad, solidez, vacío, ritos, hondura y forma, que es lo que propicia la religión, aunque a veces, como todo, tenga sus fisuras por donde se escapa hasta el mejor de los vinos.
La espiritualidad necesita de la religión para subsistir en el tiempo. Pero a su vez, la religión necesita de la espiritualidad para no ser un continente con demasiadas grietas, porque lo importante, no lo olvidemos, es el encuentro de cada persona con el Dios de la misericordia. En definitiva, un abrazo con Dios que nos ama profundamente, y que nos invita a una vida llena de amor, de fe, de esperanza y, sobre todo, de plenitud y de sentido.
No hay que elegir entre religión o espiritualidad, es religión y espiritualidad. Tan sencillo, y a la vez tan complejo.
Álvaro Lobo, sj
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