La capilla penitencial, aunque conserva su carácter, se ha convertido hoy en día en lugar de veneración de San Damián de Molokai, Mártir de la Caridad. En el centro, una gran estatua en bronce, obra de Francisco Ortega: Damián, robusto y lleno de fortaleza, protege la débil figura del leproso que le acompaña.
Dios de misericordia,
te damos gracias
por Damián de Molokai,
hermano universal,
padre de los leprosos,
hijo de los Sagrados
Corazones.
Tú inspiraste en él
un amor apasionado
por la vida,
por la salud y la dignidad
de los que halló caídos
al borde del camino.
Gracias, porque, como
Jesús, supo amar hasta
el extremo.
Gracias, porque, como
María, supo entregarse
sin reservas.
Gracias, Padre,
porque en Damián
sigues suscitando
la santidad y la pasión
por tu Reinado.
Amén.
En esta misma capilla fueron inhumados en 2010 los restos de los beatos Teófilo, Isidro, Gonzalo, Eladio y Mario, religiosos de los Sagrados Corazones, Mártires del s. XX en España, beatificados el 13 de octubre de 2013 en Tarragona.
Oh Dios, que eres Amor,
te damos gracias por Teófilo,
Isidro, Gonzalo, Eladio y Mario.,
religiosos de la Congregación
de los Sagrados Corazones,
Mártires del siglo XX en España.
Tú les llenaste
de un celo apasionado por anunciar tu Amor,
manifestado en el Corazón de tu Hijo Jesús
y en el Corazón de María, su Madre y Madre nuestra.
Gracias porque les diste fortaleza tan grande
que les llevó a derramar su sangre
como testigos de tu Amor.
Te pedimos, por su intercesión,
nos concedas también a nosotros
contemplar, vivir, anunciar
y ser testigos de tu Amor.
Te lo pedimos por Jesucristo
Nuestro Señor.
Amén.
El bajorrelieve de los Mártires y el del P. Eustaquio, colocados en esta capilla en octubre de 2013, son obra de Julio López Hernández.
Nace en Holanda en 1890. Religioso de la Congregación de los Sagrados Corazones. Misionero en Brasil. Sus predilectos son los enfermos y los pobres. Adquiere fama de taumaturgo. Millares y millares de gentes, venidas de todo Brasil, acuden a él cada día. Su saludo era “salud y paz”. Muere el 30 de Agosto de 1943. Beatificado el 15 de Junio de 2006.
Señor Jesús, nuestro Buen Pastor,
te damos gracias por el beato Padre Eustaquio
que, siguiendo tu ejemplo, fue pastor bueno y abnegado,
consejero de almas, consuelo de los afligidos,
salud de los enfermos, sembrador de paz
y acogedor de los pecadores.
Danos, Señor, fuerza para que, con su ejemplo,
seamos nosotros también
sembradores de “salud y paz”. Amén.
