MIÉRCOLES DE LA SEMANA XXXII DEL TIEMPO ORDINARIO / CICLO B

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MIÉRCOLES DE LA SEMANA XXXII DEL TIEMPO ORDINARIO / CICLO B

El Periódico de México | Versión para imprimir | Columnas-VoxDei | «El  Reino de Dios aparecería de un momento a otro»

 

Jesús nos invita a ser libres desde el riesgo de la entrega, desde la mirada del alma limpia para descubrir en el ser humano que cada uno de nosotros somos lo más parecido a la belleza de Dios.

 

Evangelio de hoy 

 

Lucas 19, 11-28

 

En aquel tiempo, Jesús dijo una parábola, porque estaba él cerca de Jerusalén y pensaban que el reino de Dios iba a manifestarse enseguida.
Dijo, pues:
«Un hombre noble se marchó a un país lejano para conseguirse el título de rey, y volver después.
Llamó a diez siervos suyos y les repartió diez minas de oro, diciéndoles:
“Negociad mientras vuelvo”.
Pero sus conciudadanos lo aborrecían y enviaron tras de él una embajada diciendo:
“No queremos que este llegue a reinar sobre nosotros”.
Cuando regresó de conseguir el título real, mandó llamar a su presencia a los siervos a quienes había dado el dinero, para enterarse de lo que había ganado cada uno.
El primero se presentó y dijo:
“Señor, tu mina ha producido diez”.
Él le dijo:
“Muy bien, siervo bueno; ya que has sido fiel en lo pequeño, recibe el gobierno de diez ciudades”.
El segundo llegó y dijo:
“Tu mina, señor, ha rendido cinco”.
A ese le dijo también:
“Pues toma tú el mando de cinco ciudades”.
El otro llegó y dijo:
“Señor, aquí está tu mina; la he tenido guardada en un pañuelo, porque tenía miedo, pues eres un hombre exigente que retiras lo que no has depositado y siegas lo que no has sembrado”.
Él le dijo:
“Por tu boca te juzgo, siervo malo. ¿Conque sabías que soy exigente, que retiro lo que no he depositado y siego lo que no he sembrado? Pues ¿por qué no pusiste mi dinero en el banco? Al volver yo, lo habría cobrado con los intereses”.
Entonces dijo a los presentes:
“Quitadle a este la mina y dádsela al que tiene diez minas”.
Le dijeron:
“Señor, ya tiene diez minas”.
Os digo: “Al que tiene se le dará, pero al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene. Y en cuanto a esos enemigos míos, que no querían que llegase a reinar sobre ellos, traedlos acá y degolladlos en mi presencia”».
Dicho esto, caminaba delante de ellos, subiendo hacia Jerusalén.

 

Reflexión del Evangelio de hoy

 

La puerta abierta

“Vi en el cielo una puerta abierta”, la imagen majestuosa que presenta el texto para describir el entorno, es propia del género literario que utiliza el autor. Tampoco debemos olvidar que en la época en la que se escribió el Apocalipsis, la invasión romana causaba estragos entre los cristianos Lo que se intenta transmitir es la confianza en Dios que siempre tiene la última palabra, les anima a estar firmes en la fe frente a la persecución, esa puerta abierta en el cielo es el corazón de Dios que acoge, escucha y consuela a quienes tocan en la puerta de su misericordia, porque Dios penetra los corazones y manifiesta siempre su cercanía.

Dentro de esas imágenes llenas de luz y de símbolos, que dejan entrever una realidad que nos transciende, y que va más allá de lo que podemos percibir, hay una seguridad que nadie nos podrá arrebatar, ni siquiera la muerte, que es la entrada solemne por la puerta de ese corazón de Dios y la certeza de que estaremos siempre con El.

Entrar por la puerta del corazón de Dios es entrar en la vida, entrar en el hábitat desde el cual fuimos creados, entrar en la esencia del amor que siempre es entrega. “Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos”. “Si el grano de trigo no cae en tierra y muere”, son los eslóganes que presiden la entrada de esta puerta.

 

Miedo a cruzar el umbral

Hay que puntualizar dos aspectos fundamentales de este evangelio, primero la libertad, con la cual el ser humano adquiere dignidad y segundo la libertad para enriquecer o malgastar esa dignidad. El relato dice que les entregó “diez minas de oro” a cada uno. Todos obtuvieron resultados positivos excepto el que la guardó. Una mina de oro es el símbolo de la grandeza que constituye el ser humano, porque este ser humano que somos todos nosotros, es ´único e irrepetible  y por lo tanto es en sí mismo  un tesoro para la humanidad, lo triste es como  malgastamos la mina de nuestra propia vida. El valor está en como la utilizo, el que la  utilice para hacer el bien engendrará bien. Aquí está en juego nuestra libertad y la capacidad de hacer de nuestra vida una buena noticia.

Ser libres nos hace responsables del bien personal y de los demás porque la libertad no es algo arbitrario, sino la cualidad esencial que nos cualifica y nos dignifica como seres humanos, cuando la libertad no conlleva el bien, no se puede calificar como tal, más bien, es una caricatura, una deformación de la misma, nos convierte en aquellos que como en el Evangelio mandan a decir a Jesús que no quieren que él sea su rey. Jesús nos invita a ser libres desde el riesgo de la entrega, desde la mirada del alma limpia para descubrir en el ser humano que cada uno de nosotros somos lo más parecido a la belleza de Dios.  Nos invita a arriesgar la vida sin buscar la eficacia, sino la generosidad. Al que guardó la moneda le paralizó el miedo de no ser eficaz, es nuestra gran trampa, buscar la eficacia. En la lógica de Dios, la eficacia se llama pobreza de Belén, soledad de Getsemaní, “inapariencia” y despojo de la Cruz.

Esos son los mejores bancos para invertir la moneda de nuestra vida, los intereses los recibiremos a través de la puerta del corazón de Dios.

Sor Mª Ángeles Martínez, OP – Monasterio Inmaculada de Atacama, Copiapó – Chile

Parroquia Sagrados Corazones
parroquia.sscc.madrid@gmail.com
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