
21 enero, 2025 MARTES DE LA SEMANA II DEL TIEMPO ORDINARIO / CICLO C
SANTA INÉS
Santa Inés es una de las más célebres vírgenes y mártires de las persecuciones romanas. Se trataba de una joven romana de pocos años, unos 13 más o menos. Había consagrado su virginidad a Cristo y no sirvieron amenazas ni malos tratos ni tormentos para hacerla desistir.
Evangelio del día
Este Evangelio nos llama a reflexionar sobre los preceptos y cómo toda la ley está al servicio del ser humano, no al contrario.
Marcos 2,23-28
Sucedió que un sábado Jesús atravesaba un sembrado, y sus discípulos, mientras caminaban, iban arrancando espigas.
Los fariseos le preguntan:
«Mira, ¿por qué hacen en sábado lo que no está permitido?».
Él les responde:
«¿No habéis leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus hombres se vieron faltos y con hambre, cómo entró en la casa de Dios, en tiempo del sumo sacerdote Abiatar, comió de los panes de la proposición, que solo está permitido comer a los sacerdotes, y se los dio también a quienes estaban con él?».
Y les decía:
«El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado; así que el Hijo del hombre es señor también del sábado».
Reflexión del Evangelio de hoy
Dios no se olvida de vuestro trabajo y vuestro amor en el servicio
Nos recuerda el autor de la carta a los Hebreos, que Dios tiene siempre presente todos los esfuerzos realizados en favor de los demás, movidos por el amor, que se expresa en el servicio a todos los seres humanos. Un servicio perseverante que encuentra su fundamento en las palabras del Señor: El Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar la vida en rescate por todos. Y esto en toda circunstancia.
Una palabra de aliento, cuando pareciera desaparecer del horizonte de nuestra vida la esperanza, somos urgidos, por el deseo expresado por el autor sagrado, a demostrar el mismo empeño de los que nos han precedido en la fe. Hacerlo hasta el final con el mismo empeño de ellos, sin dar margen a la indolencia, imitando a los que, con fe y perseverancia, consiguen lo prometido. Detrás está siempre el Señor sosteniendo a los que, de corazón, le siguen.
La mirada del discípulo está puesta en la promesa inquebrantable por parte del Señor, de estar siempre a nuestro lado, todos los días, hasta su vuelta. Y esta determinación es inmutable, por los mismo genera una esperanza firme, “como ancla del alma, segura y firme, dice el autor de esta carta. Confesando la fe en Jesucristo, que entró más allá de la cortina del santuario, como precursor, por nosotros, abriéndonos el camino que nos lleva a Dios, su Padre.
El Señor recuerda siempre su alianza
Confesamos nuestro convencimiento de la fidelidad de Dios a la alianza establecida para siempre, mediante la sangre de Cristo, cuya amorosa entrega está siempre ante el Padre, al tiempo que intercede por todos ante él.
El salmista canta su alabanza desde lo más profundo de sí mismo, unido a todos lo que, con una misma fe y una misma esperanza, reconocen las obras del Señor y se aplican a su más perfecto y creciente conocimiento, de modo que abran su existencia a los efectos de la benevolencia de Dios.
No se trata de un mero recuerdo, sino que revelan cómo Dios provee y alimenta a los que le temen y esperan en él. Esta actitud por parte del creyente, se torna recuerdo vivo para todos los seres humanos, a los cuales les hace presente las obras de amor realizadas en favor de la humanidad, a la que Dios ama siempre.
“Mira, ¿por qué hacen en sábado lo que no está permitido?»
Jesús y el grupo de los discípulos atraviesan los sembrados, abriéndose camino. Los fariseos acechan siempre y directamente le dicen a Jesús: Mira, ¿por qué hacen en sábado lo que no está permitido? Cosechar no estaba permitido. Los discípulos no están cosechando, van arrancado las espigas que impiden el paso. Quitan lo que estorbaba el paso. Los fariseos no distinguen entre ambas acciones, sino que reducen todo a “trabajar”.
Una llamada de atención les hace Jesús, para que recuerden hechos acaecidos en tiempos de David: comieron de los panes presentados, reservados exclusivamente para los sacerdotes. Con esa alusión los llama a reflexionar sobre los preceptos y cómo toda la ley está al servicio del ser humano, no al contrario. Necesitamos entender que todas las acciones de Dios buscan el bien y perfeccionamiento del ser humano y en ello se pone de manifiesto la gloria de Dios.
Cuando se habla del envío de su Hijo al mundo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estaban bajo la ley y que viniéramos a ser hijos por adopción, implícitamente se está indicando la interpretación deformada de la ley, al invertir los términos. No está el ser humano al servicio de la ley, sino al contrario, la ley al servicio de todo ser humano.
Pero además conviene destacar la corrección que hace sobre la interpretación del sábado. “El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado”. La razón para depurar la interpretación que se venía haciendo del sábado, era el bien del ser humano. Y puesto que ella fue dada por medio de Moisés, Jesucristo es más que Moisés. Ello se desprende de la afirmación hecha en este pasaje: “El Hijo del hombre es señor también del sábado”. La gracia y la verdad fueron dadas por Jesucristo, se nos dice en el prólogo del evangelio de San Juan. El señorío sobe el sábado revela que todo encuentra su sentido en Jesús y por medio de él alcanza su plena realización.
¿Es Jesucristo norma de nuestra vida? ¿Cómo se hace presente en la existencia individual y social de cada persona?
Sorry, the comment form is closed at this time.