LUNES DE LA SEMANA XIV DEL TIEMPO ORDINARIO / CICLO C

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LUNES DE LA SEMANA XIV DEL TIEMPO ORDINARIO / CICLO C

Mateo 9, 18-26 Evangelio Julio 4 2016 - YouTube

 

Dios no está nunca distante. Es siempre presencia amistosa, íntima a todo sentimiento, en contacto con la necesidad

 

Evangelio del día

 

Mateo 9,18-26

 

En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, se acercó un jefe de los judíos que se arrodilló ante él y le dijo:
«Mi hija acaba de morir. Pero ven tú, impón tu mano sobre ella y vivirá».

Jesús se levantó y lo siguió con sus discípulos.

Entre tanto, una mujer que sufría flujos de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y le tocó la orla del manto, pensando que con solo tocarle el manto se curaría.

Jesús se volvió y, al verla le dijo:
«¡Animo, hija! Tu fe te ha curado».

Y en aquel momento quedó curada la mujer.

Jesús llegó a casa de aquel jefe y, al ver a los flautistas y el alboroto de la gente, dijo:
«¡Retiraos! La niña no está muerta, está dormida».

Se reían de él.

Cuando echaron a la gente, entró él, cogió a la niña de la mano, y ella se levantó.

La noticia se divulgó por toda aquella comarca.

 

Evangelio de hoy en vídeo

 

 

Reflexión

 

“Yo estoy contigo”

En tiempos de los patriarcas se pensaba que Dios estaba vinculado con algunos lugares especiales. Pero Dios no está limitado por el espacio ni es, como tantas veces se ha contado un “prisionero en el sagrario”.

Con la escena de hoy Jacob enfureció a Esaú por lo que tuvo que emprender la huida. Jacob erige un altar a Dios y llama a aquél lugar “casa de Dios”. Todos los pueblos muestran su convicción de la cercanía de Dios y de su protección continua a lo largo de la historia.

No tenemos sueños como el de Jacob. Tenemos algo mejor: a Jesús nuestro Mediador, que nos hace el acceso a Dios y nos ha llamado a ser discípulos suyos y a colaborar con él, siendo luz y sal y fermento en este mundo.

La fe que transforma

Es evidente la voluntad de Dios de estar cerca del hombre. En el pasaje evangélico accede a imponer las manos sobre la niña muerta, y permite que la toque el manto una mujer enferma.

Dios no está nunca distante. Es siempre presencia amistosa, íntima a todo sentimiento, en contacto con la necesidad. Jesús hizo curaciones a distancia, otras veces prefirió ir a donde su presencia significaba más que el milagro. El “hombre” y la “mujer” lo saben y exteriorizan un gesto de fe que no se resigna ante el mal, y es aceptado por Jesús.

Entre todos los que apretujaban a Jesús hubo un contacto de fe que hizo salir virtud de él. La tímida mujer arranca un milagro. Lo que salva no es acercarse a Jesús, oír su palabra, pertenecer a su raza o ser miembro de su familia, lo que salva es la fe. La convicción de la mujer y la resurrección de la niña evocan signos sacramentales.

En los sacramentos es Jesús tocado con resultado desigual. Sólo el contacto de la fe produce el resultado de la transformación espiritual.

Fr. Carlos Oloriz Larragueta O.P. – Convento de la Virgen del Camino (León)

Parroquia Sagrados Corazones
parroquia.sscc.madrid@gmail.com
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