Eso pasa también con las actividades y los planes de verano… vacaciones, playa, montaña, norte o sur… y de repente, cuando te das cuenta, estás de nuevo en la rutina. Es un tiempo para hacer algunos cambios y tomar algunas decisiones. Aquí te pongo algunas de las que se me ocurren:

Empecemos por lo de dentro. Sí, el interior, el alma… también hay que someterla a transformaciones profundas. Cuando uno está sumergido en el ritmo frenético de estudios, trabajo, pareja o familias, de repente, este tiempo, debería ser un momento para frenar y serenar, para buscar aguas calmadas y volver a conectar con ese deseo profundo de la fe que alimenta la vida. Puede ayudar hacer Ejercicios Espirituales, ponerse delante de Dios, y volver a atreverse a preguntarse: ¿cuál es tu voluntad para mi vida? siempre ayuda volver a Jesús y a la oración.

Vayamos a las manos. Sí, lo que hacemos. No puede ser que en dos meses, todo sean vacaciones. ¿Qué espacio tienen los otros? ¿los más pobres y necesitados? Es importante hacer hueco a la experiencia de ponerte en servicio. De salir de uno mismo, y ayudar a los demás, al modo de Jesús. Solemos pensar solo en nosotros y en lo que necesitamos. Pero, hay que dejarse cuestionar por cómo viven los que menos tienen: niños, inmigrantes, transeúntes… tantas realidades pobres que siguen adelante a pesar de las vacaciones. Déjate sorprender y haz hueco en tu verano para un voluntariado, una experiencia de servicio… para que tus manos hablen de tu fe y del amor de Dios en ti.

Piernas y pies en movimiento. Sí, moverte. Puede ser un tiempo precioso para hacer un movimiento, salir de tus conocidos y amigos, y peregrinar, ponerte en camino, hacia otros lugares menos conocidos pero, dónde seguro, Dios tiene algo que ofrecerte. Pienso en peregrinaciones a Santiago, a un lugar Mariano, a Roma por el Jubileo… o simplemente, a alguna actividad pastoral donde estás con otros menos conocidos, y toca, ponerte en marcha.

En tus manos está hacer de tu verano algo distinto, y piensa a quién quieres recordar cuando dentro de unos años recuerdes los veranos de tu juventud.