
20 marzo, 2025 GRUPO JOVEN SAGRADOS CORAZONES
GRUPO JOVEN SAGRADOS CORAZONES
Hablamos mucho de secularización, porque sentimos -y diría, padecemos- sus efectos a través del paso del tiempo. Asumo que también tiene sus ventajas, pero vemos cómo parece que lo sagrado se diluye en la sociedad del espectáculo y donde mucha gente se vuelve menos tolerante cada vez que habla de la Iglesia, y el mensaje religioso no solo es apartado y olvidado, sino que es ridiculizado por muchos sectores. Y también debemos reconocer cómo la palabra secularización se convierte en un cajón de sastre, donde entra todo lo que tiene que ver con la reducción de lo religioso.
Sin embargo, a mi me preocupa, sobre todo, la secularización del alma. No solo cuando se pierde en lo externo, sino cuando se pierde en lo interno. Cuando claudicamos ante la rutina y no vemos la novedad de Dios y renunciamos a la alegría del Evangelio. Cuando el perdón y la reconciliación con el prójimo desaparecen de nuestro vocabulario. Cuando el materialismo tapa cualquier atisbo de esperanza. Cuando jóvenes renuncian a crear vida y ser padres por el único deseo de “pasarlo bien”. Cuando consagramos nuestra vida al éxito, al dinero y al placer adornando nuestras decisiones con palabras bonitas. Cuando decidimos vivir para nosotros y no para los demás. Cuando consideramos que la compasión y la misericordia son cosas de otro tiempo. Cuando solo utilizamos categorías mundanas para comprender nuestra realidad. Cuando miramos el mundo y nuestra vida como si Dios no existiera.
Lo religioso ha de manifestarse en lo externo y también en lo interno, ambas realidades se necesitan, porque lo visible necesita lo invisible, y viceversa. Quizás por eso es tan importante la oración sincera, para que cuando hablemos de Buena Noticia, esta también se pueda hacer realidad y crecer con fuerza en nuestras propias vidas, porque nosotros también necesitamos ser evangelizados por un Dios que sigue contando con nosotros.
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