03 julio, 2024 GRUPO JOVEN SAGRADOS CORAZONES
GRUPO JOVEN SAGRADOS CORAZONES
Discípulos y apóstoles
Cuando era más joven una de mis grandes pasiones era jugar al fútbol. Dediqué mucho tiempo de mi vida con la ilusión de ser algún día profesional. Eso nunca llegó a ocurrir, pero con el tiempo fui aprendiendo una gran lección. En los equipos donde jugué vi a muchos chicos disfrutando de la misma pasión por el juego, pero unos pocos, muy pocos, llegaron a vivir profesionalmente del fútbol. ¿Dónde estaba la diferencia entre unos y otros? La respuesta no es única pero sí que hay algún factor que me gustaría destacar.
Algo que caracteriza a los deportistas que llegan a la élite es que no sólo les apasiona lo que hacen, sino que creen, realmente, que «es lo suyo», es decir, que han recibido un don para ello y, tomándoselo muy en serio, deciden dedicar su vida, plenamente, a ello. Muchos otros, como yo, reconocimos en el deporte un lugar especial donde desarrollarnos como personas a través de sus valores, disfrutar, aprender y competir pero nunca creímos profundamente que fuimos elegidos para entregar la vida a ello. No todos teníamos la misma vocación.
Alrededor de Jesús hubo muchos discípulos, pero sólo unos pocos fueron apóstoles. Muchos se acercaron a Jesús para escucharle, aprender y seguirle, pero sólo unos pocos, fueron elegidos y enviados por él para anunciar el Evangelio. No todos tenían la misma misión aunque todos vibraban escuchando a Jesús.
No es mejor el que da más sino el que reconoce cuál es su vocación y responde a ella. Algunos son llamados para ser discípulos, otros para ser apóstoles. Algunos se sentirán más identificados acompañando mientras que otros necesitarán estar en la primera línea de batalla. No hay una vocación mejor que otra, lo importante es saber cuál es tu vocación y tener el coraje de aceptarla.
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