Me atrevo con este juicio temerario porque, desgraciadamente, son muchas las conversaciones que he tenido con personas que vienen a donar ropa o bienes. Y el problema gordo es que dan de lo que les sobra. ¿Pero realmente eso es dar?

El papa Francisco nos contaba hace unos años que, estando en casa de una familia amiga suya, una persona necesitada llamó a la puerta mientras comían. Los padres cortaron un cacho del filete que se iban a comer cada uno de sus hijos para darle de comer a quien tenía hambre. A los hijos les molestó que les quitaran de su comida, pero aprendieron la valiosa lección de que, si no te duele, si no te quitas de algo que quieres…realmente estás dando las sobras. Ojo, que obviamente es mejor eso que tirarlo a la basura, pero por favor, no seamos cínicos de creernos solidarios. Porque la Navidad es el misterio de la autodonación de Dios: se da por entero para recordarnos que esa es la única manera interesante de vivir. La manera más humana de ser.

Este tiempo de Navidad no seas agarrao. Date por entero.

Fernando Mª Rubio