10 julio, 2024 GRUPO JOVEN SAGRADOS CORAZONES
GRUPO JOVEN SAGRADOS CORAZONES
Las propuestas son para el verano
Asoma el verano y muchas comunidades cristianas durante estas semanas terminan de plantear actividades para adolescentes y jóvenes.
Notamos el cansancio, las temperaturas ascienden e incluso a veces la cuestión resulta ser que la piscina está muy cerca y yo «muy quemada»… pero, sin duda, hay Algo mucho más grande que nos envía a otros y hace que ardan nuestros corazones.
Por eso, estos días me he preguntado por la importancia que tiene la vida en comunidad, la vida con otros, en medio de todos estos preparativos. Y es que todo lo que tiene que ver con lo pastoral, si es acompañados siempre resulta doblemente fructífero; o eso me dice la bonita experiencia.
Al igual que Jesús en su vida pública, las personas del hoy necesitamos hacer ‘equipo’ con quien también sueña evangelio, justicia, desmedida… Contagiarnos las inquietudes y los deseos nos ayuda a trabajar el Reino.
Y sorprende gratamente ver cuántos adolescentes rechazan los atractivos eslóganes que nos prometen «el verano de tu vida» frente a la elección de propuestas más humanas, y humanizadoras, que invitan a regalar tiempo, cuidado y cariño a quien, simplemente, lo necesita. Opción que puede resultar para tantos transcultural. Y es que ellos también son rastros del camino sombrío prometido.
Por todo esto, gracias desde esta ventana a quien sigue creyendo y creando propuestas que persiguen el único objetivo de acercar a los jóvenes a Jesús, experiencias que dan fruto en forma de modos de vida más responsables con nosotros y los demás, que orientan la mirada y amplían la capacidad de conexión con la parte más dolida de nuestro mundo; nuestras hermanas y hermanos que sufren.
Y que en este tiempo, de comunidad y preparación, nunca nos falte el sentido del humor, para que cuando lleguen los pesares del camino, que los hay, imaginemos a nuestro Señor riendo a nuestra mesa. Ayudará sin duda a vivir en clave de Reino en construcción.
Descansar en brazos de Dios, ¿quién de nosotros no se ha encontrado con el Jesús Nazareno en los días de vacaciones?
Blanca Soro Piñal
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