23 mayo, 2024 GRUPO JOVEN SAGRADOS CORAZONES
GRUPO JOVEN SAGRADOS CORAZONES
Las preguntas incómodas
Es habitual que los cristianos caigamos de vez en cuando en algún interrogatorio ejecutado por amigos y conocidos con mayor o menor cercanía a la Iglesia, en el te plantean cuestiones –con cierto toque inquisitorial– sobre algunos temas problemáticos del mundo de hoy, y donde la propuesta de la Iglesia no es bien comprendida ni aceptada. O sencillamente no se quiere asimilar porque no está de moda, porque hay ideología de por medio o porque la respuesta es demasiado profunda a nivel teológico para el común de los mortales.
Hay que asumir que la propuesta de la Iglesia tiene algo de profético y de contracultural al mismo tiempo, y lo preocupante sería que dijera a todo que sí, como unos malos padres que claudican ante los caprichos del niño para que este no se ponga a llorar. Y es que yo no recuerdo cómo funcionan muchos medicamentos y no por ello renuncio a ir al médico. Tampoco sé de informática y no por ello dejo de usar mi ordenador o mi móvil. Y menos idea tengo de física y esto no me lleva a no coger un tren, un coche o un avión. Que no comprendamos algo, no significa que no tenga sentido o que no sea bueno para mí.
Que no comprendamos todo lo que propone la Iglesia no significa que tengamos que abandonar, eso tiene sus dosis de cinismo, porque nadie renuncia a su nacionalidad por discrepancias políticas con el gobierno de turno. Debemos intentar comprender siempre el porqué de las cosas –a la fe también se llega por la razón, y en la Iglesia todo tiene su sentido–, por supuesto. Y al mismo tiempo deberíamos aceptar que en ningún sitio pone que tengamos que comprenderlo todo, porque esto no ocurre en ninguna disciplina, y menos en cuestiones de fe, porque tratamos con un misterio que nos desborda y que lo necesitamos para vivir y comprendernos.
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